viernes, 10 de junio de 2011

FEDERALISMO Por C.P.N Jose Maria Nougues

                Últimamente, lo que más llama la atención en este juego que se abrió con motivo de este año político, es el paso de las provincias argentinas a un total segundo plano. Si bien ello no nos resulta nuevo en el contexto en que nos desenvolvemos, en esta estructura que hemos estado creando en los últimos años, descubrimos que las Provincias – que son 24 – no cuentan para nada en el esquema general; todo lo que se dice y hace está básicamente vinculado solo a lo que sucede  en la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia del mismo nombre, pero – y saber como está o como piensa el interior – es harina de otro costal. Todo lo que sucede gira alrededor de los candidatos nacionales o su entorno, pero que nada  saben de lo que piensa o pasa en  el interior, a lo que debe sumarse que en el Congreso Nacional  el interior y sus representantes tampoco  existen, ya que sus posiciones se mueven  y se adoptan en función de los dictados de la mesa directiva de la denominadas cúpula nacional de los distintos partidos y no de los verdaderos intereses de sus representados. Hemos llegado a una situación limite, en la que descubrimos que ya no se nos oferta una plataforma de principios, planes, objetivos, compromisos, ideas sobre lo que se piensa llevar a cabo, si no simplemente nombres, a los que, a veces, se le suma la palabra honestidad.
                Lo que afirmo no es caprichoso  por que también en nuestra provincia hemos tenido ejemplos de esa  falta de peso de las provincias y de sus posiciones.. Hace ya más de un año, el nombramiento de un funcionario de gran experiencia y probo en su desempeños, con acuerdo de nuestra legislatura provincial para integrar la Corte de Justicia provincia, no pudo asumir por el simple llamado telefónico de una ex autoridad nacional, que se oponía a su designación. El caso se ha repetido recientemente, al aceptar las autoridades del hoy principal partido político  de la provincia, bajar de sus listas uno de sus candidatos y con larga trayectoria en su  partido, para ser sustituida con un ignoto candidato no representativo, solo por el requerimiento de algún funcionario nacional. Algunos pueden considerar que ambos casos no son relevantes, pero si debe verse en ellos la medida en que ha caído el el sistema federal de gobierno, a partir de la falta de respeto de las posiciones asumidas  y por más que sean definiciones aceptadas por el medio.
                La realidad de hoy es que los gobernantes provinciales no plasan de ser pobres mandaderos de lo que se piensa y hace en el ámbito nacional, que a la postre son quienes presionan por que saben el temor de los funcionarios provinciales a no ser participes –  y en la medida adecuada – de la distribución caprichosa que se realiza de los fondos nacionales, disponibilidad estrechamente vinculada a la posibilidad de una gestión exitosa.
                Como para muestras basta un botón, el sistema comentado como vigente y perverso para los gobernadores es la recientemente publicitada distribución de fondos nacionales. Según ella, el Gobierno Nacional distribuirá un 55 % más de fondos discrecionales entre provincias y municipios; la estimación de las transferencias a realizar es de $ 35.442 millones, de los cuales se usarán, con destino discrecional, $ 19.360 millones más  5.296 millones que corresponderán a Municipios . Las triste realidad final, es la de que se continua con un sistema caprichoso que ha llevado a hacer desaparecer el principio del federalismo, tan caro a nuestra Constitución, y  transformando a los Gobernadores en tristes siervos de la gleba. La pérdida de libertad de las autoridades provinciales para decidir por sí los problemas que afrontan, es un elemento más en este olvido de las normas fundamentales que deben regirnos.

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